la vuelta contó que había contemplado, desde allá arriba; la vida humana. Y dijo
que somos un mar de fueguitos, el mundo es eso: un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demas. No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y chicos, hay fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno (…) y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni
queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin
parpadear.. y quien se acerca, se enciende.
queman, pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin
parpadear.. y quien se acerca, se enciende.
"Vine a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera encendido"
Lc 12,49.