“¿Tú quién eres? ”. El confesó sin reservas: “Yo no soy el Mesías”. Le preguntaron:“Entonces ¿qué? ¿Eres tú Elías?” Él dijo: “No lo soy” .“¿Eres tú el Profeta?”. Respondió: “No”. Y le dijeron: “¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?” Él contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor” (como dijo el Profeta Isaías)”.
Juan 1, 6-8
¿TÚ QUIÉN ERES?
¿QUÉ DICES DE TÍ MISMO?
"Descubro esta regla en mi actuación: que deseando hacer el bien, es precisamente el mal lo que está a mi alcance. Pues sí, apruebo con agrado en mi serhumano interno la norma divina, pero descubro otra norma que gobierna la actividad de mi existencia corporal, y está en lucha contra la norma aceptada por mi espíritu, haciéndome prisionero de la norma del pecado, que gobierna la actividad de mi existencia corporal.¡Desgraciado de mí! ¿Quién me librará de esta mi existencia dominada por la muerte? ¡Sean dadas gracias a Dios, por medio de Jesucristo, Señor nuestro! Dios, enviando a su propio Hijo, para compartir la existencia humana dominada por el pecado y para eliminar el pecado, pronunció la condena contra el pecado, que dominaba la naturaleza humana. Nosotros no vivimos guiados por nuestra naturaleza egoísta, sino guiados por el Espíritu. Los que viven guiados por la naturaleza egoísta se preocupan de los intereses de ella, pero los que viven guiados por el Espíritu se preocupan de los intereses del Espíritu; pues las aspiraciones de la naturaleza egoísta tienden a la muerte; las aspiraciones del Espíritu, en cambio, tienden a la vida plena".
Extracto de Romanos 7 y 8
"A TU ALCANCE"
Llevaba un tiempo largo ya con los huesos entumecidos, los músculos doloridos y el cuerpo muy cansado; sólo llegando a lo que está a mi alcance, a lo que puedo tocar sin ni siquiera levantar el brazo, o prácticamente sin mover un dedo.
Pero algo, últimamente, me está haciendo revolucionarme:- me acompañas y mis manos se estiran...
- me perdonas y mis piernas comienzan lentamente a dejar el suelo...
- me llenas de vida, y comienzo, pasito a pasito a caminar...
Quiero seguir estirándome, Señor,
quiero acariciar con la punta de mis dedos
todo lo que está a tu alcance,
ese ansiado encuentro diario contigo,
que me ayude a terminar de despegar mis pies del suelo
y me haga volar hacia ti.
Retiro Adviento
2008
